Oaxaca de Juárez, 16 de octubre. Pocas ciudades en el mundo tienen el “privilegio” de ser tan significativas para tres de las más grandes religiones de nuestra era. En Jerusalén convergen recintos importantes tanto para el islam, el judaísmo y el cristianismo. La llamada “Tierra Santa” ha sido objeto de las empresas más ambiciosas de la historia y durante años estas tres religiones han clamado a Jerusalén de su propiedad.
Hoy en día el estatus de dicha ciudad se ha complicado, el estatuto de Jerusalén otorgaba a dicha ciudad una condición internacional en el año de 1947 cuando las Naciones Unidas estaban generado la partición que pugnaba la creación de un Estado Judío y otro Palestino. Dejando atrás la poca justicia que desprende este proyecto, se pretendía que “la ciudad sagrada” fuera de dominio internacional para evitar mayores conflictos entre cristianos, judíos y musulmanes.
A nivel histórico, Jerusalén cuenta con múltiples recintos que comparten una gran riqueza e importancia para esta triada de fe. No obstante, para el año de 1967 una resolución del parlamento de Israel renombro la ciudad como “capital reunificada del Estado de Israel” sometiéndola a una nueva jurisdicción que aún hoy no ha sido reconocida por la comunidad internacional. De hecho, no hay ninguna embajada en Jerusalén que pudiera corroborar la resolución emitida por el parlamento.
Tampoco es novedad el hecho de que durante años el proyecto Sionista en Israel apeló a la posibilidad de hacer de Jerusalén una ciudad enteramente judía, excluyendo de la misma a miembros de otras religiones. Sin embargo, la negativa de la comunidad internacional echó de lado dichas propuestas con el alegato de que tanto cristianos como musulmanes tenían derecho a visitar sus propios recintos sagrados.
En la semana, una resolución de la UNESCO, reabrió estas antiguas heridas al reconocer una propuesta emitida por Palestina (reconocida por la UNESCO en el año 2011) por considerar al Monte del Templo un lugar exclusivo del islam. Si bien, esta resulta ser una propuesta polémica es necesario reconocer que responde a la necesidad de contar con recintos musulmanes en Jerusalén luego de que Israel haya divido a la ciudad mediante distritos que dividen en su totalidad tanto a judíos como a palestinos.
Lejos de ser esta resolución una consecuencia directa del apoyo al terrorismo que alega Israel, creo que es lo más acertado que puede hacer un organismos internacional que ha visto la exclusión del pueblo palestino por parte de Israel en una ciudad que, de jure sigue siendo de dominio internacional y que Israel ha rediseñado a libre albedrío. La resolución de la UNESCO a mi modo de verlo es sólo un intento por democratizar el uso de cada uno de los recintos de Jerusalén.