Oaxaca de Juárez, 2 de mayo. Nuestro hogar universal es la tierra donde el agua ocupa más de las tres cuartas partes, casi en la misma proporción al organismo humano, el agua es inherente a la vida de la tierra y de su principal depredador, el ser humano que, con nuestro “progreso” “desarrollo” crecimiento poblacional lleva al crecimiento de todas las actividades y usar cada vez mayores volúmenes de agua, el agua que se recicla en procesos naturales pero en vida en armonía, armonía que cada vez es más lejana en nuestro diario vivir.
Hace más de siete décadas en la ciudad de Oaxaca de Juárez el Atoyac el río por antonomasia oaxaqueño al tener todo su curso en la entidad, al pasar por el occidente de la ciudad capital tenía una corriente en meses de mayo a diciembre que nos permitía nadar, desgraciadamente hoy es una barranca de aguas negras pestilentes y la contaminación la ha convertido en muerto, paradoja, al ser rio es vida y nuestro progreso la ha convertido en corriente de muerte. Eso todos los sabemos pero no hacemos nada para revertirlo.
El problema no es de la ciudad capital o de los valles sino que es mundial; en la entidad la presa Benito Juárez de Jalapa del Marqués y la de Yosocuta en Huajuapan de León ya son un foco rojo y le siguen las presas Temascal y Cerro de Oro.
Hace diez años decíamos en columnas de éste el Mejor Diario de Oaxaca que el problema recurrente de la presa de Jalapa del Marqués era multifactorial pero uno de ellos, la permanente deforestación en las partes altas de sus montañas con sus fuentes primarias de agua en la sierra mixe que alimenta a uno de los afluentes del Río Tehuantepec y en la Sierra de Miahuatlán que lleva sus aguas pluviales al río Mijangos que pasa por Totolápam y en Nejapa de Madero se une al río de las Vírgenes que se origina en las sierras de San Carlos Yautepec y también de Miahuatlán, En Nejapa de Madero se iba a construir la presa pero en 1962 la Secretaría de Agricultura y Ganadería SAG decidió hacerla en Jalapa del Marqués.
En la parte SW de Sierra de San Carlos Yautepec se originan dos modestos ríos que llegan al valle de Tequisistlán para desembocar finalmente en la presa Benito Juárez de Jalapa del Marqués. En las partes altas de San Carlos Yautepec estaba entre otros el paraje Valle Feliz con especies coníferas de gran alzada y los troncos de los ocotales solo los podrían abrazar tres hombres por gran volumen de su tronco.
A las sierras mixe, de Miahuatlán y San Carlos Yautepec llegaron los inefables madereros expulsados de Michoacán y no solo a los Chimalapas sino a las sierras mixe, miahuateca y carleña; eso tiene en ascuas al istmo por la sequía que lo agobia.
Aunque parece que ya es tarde urge que los dueños sexenales y los ocultos en la oscura y “negociadora” burguesía de la SEMARNAT pare la explotación forestal que para ellos es un “proyecto productivo” pero de muerte a la presa de Jalapa del Marqués. La explotación maderera, productivo negocio de la SEMARNAT ya que los tráileres circulan más por las noches con maderas en troza. La deforestación acaba con la vida de esa presa y todo el entorno y ya se avecina la explotación minera.
Antes de 1962 Jalapa del Marqués era el granero de Oaxaca, su producción de maíz era para surtir gran parte del estado con regiones deficitarias del grano y la ganadería en agonía por la sequía en toda la cuenca de los ríos que alimentan a la presa.
Por principio de cuentas los burócratas de la SEMARNAT deben ser acotados por los mandos federales a que terminen sus productivos proyectos de explotación maderera, hacer pequeñas represas o bordos en partes altas de las serranías, hacer real reforestación y no campañas en los medios dotando miles de árboles para que se sequen al no ser trasplantados
Un tal Cuitláhuac Ibáñez en el sexenio estatal de Heladio Ramírez López estuvo a cargo del programa “atajar el agua a como dé lugar” y entre sus cuates lo festinaba a carcajadas diciendo que era atajar la lana a como diera lugar.
Leímos y tomamos lo esencial de una nota de Francisca Hernández de la Agencia JM del 04 de abril de que en Villa de Mitla, deciden abatir el déficit de agua potable con $2´170,000 en obras al mantenimiento y así garantizar el vital líquido con rescate de la represa “La Toma” con más de 40 años sepultada por el azolve y almacenar de 20 a 25 mil m3 de agua y, en la sequía haya suficiente filtración a abastecer al pozo que provee agua a la comunidad.
Eso es elemental y los mitleños ponen el ejemplo de una práctica que no solo debe comunitaria sino familiar al hacer uso racional del agua. Volveremos. hbeltrang@hotmail.com
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