Oaxaca de Juárez, 16 de abril. El mareo por movimiento que se produce cuando viajamos en coche, tren, avión o barco –cinetosis o mal de movimiento, según la terminología científica– es causado por un desajuste entre los sistemas visual y vestibular, relacionado este último con el equilibrio y el control espacial. En esencia, el sistema nervioso central recibe mensajes contradictorios de los receptores relacionados con el equilibrio corporal: el oído interno, los ojos y los músculos y las articulaciones de la espalda y las piernas.
Los principales síntomas son vómitos, náuseas y falta de equilibrio producidos por la aceleración y desaceleración del vehículo. En un coche, el oído interno detecta que nos desplazamos, pero si no recibimos información visual de que nos estamos desplazando –por ejemplo, cuando viajamos en el asiento de atrás y solo vemos el interior del vehículo o si vamos mirando una pantalla o leyendo–, las probabilidades de sentirnos fatal son grandes. Y el riesgo aumenta si hay mala ventilación, humos, factores emocionales como el miedo o la ansiedad, o incluso si heredas de tus progenitores los genes que predisponen al mareo, como descubrió el equipo de la genetista Bethann Hromatka, de la Universidad de California en San Francisco.