Gerardo F. Castellanos Bolaños
Oaxaca de Juárez, 22 de julio. Porque nadie ama lo que no conoce los oaxaqueños que sentimos amor por Oaxaca, por su origen ancestral, por el principio de vida que nos da y lo que ha dado a tantas generaciones que vivimos al mismo tiempo; sabemos que el origen de lo propio es la fuerza de nuestro diario vivir.
Las vivencias en la villa de Santa María Oaxaca y en la villa y ciudad de Antequera, es cierto, son los sólidos y fuertes cimientos sobre los que Oaxaca de Juárez crece a pesar de sus carencias y ante las interrogantes del tiempo por vivir.
La historia de Santa María Oaxaca es la de un pueblo extraordinario, trabajador, virtuoso, conocedor de la ciencia de la vida y del arte de la flor y el canto.
El Dr. Herón Canseco Pérez, en el Museo de Arte Contemporáneo, MACO, el jueves 27 de junio de 2007 dijo: Hoy asistimos a la presentación del libro Villa de Santa María Oaxaca del autor Gerardo Felipe Castellanos Bolaños; su escrito y su voz emocionados nos muestran porque no debemos confundir Santa María Oaxaca con Antequera.
Con la voz entrecortada por la emoción que le produjo revivir los recuerdos de su infancia y adolescencia en El Marquesado; especialmente en la estación de ferrocarril y en el río Atoyac, con singular paciencia y estudio penetra las fuentes reales de tal interrogante, para poder decirnos el origen, a partir de la conquista española; señalando datos comprobables en tiempos y espacios.
Quiénes fundaron y porqué la Villa de Santa María Oaxaca que era el centro del marquesado de Hernán Cortés.
Sus limites, heredades y encomiendas; quiénes y cuántos fueron los marqueses; cómo desaparece este marquesado; cuáles fueron sus principales fuentes de trabajo, de crecimiento, de organización, de tradiciones y costumbres; que idiomas se hablaron; cual fue su influencia.
Antes de ser el marquesado, qué era ese lugar, cuántos pueblos diferentes tuvieron en Santa María Oaxaca, antes de los españoles, su tierra de promisión.
Cómo se convierte en municipio libre y después en cuartel noveno del municipio de Oaxaca de Juárez.
Igual que la primera fase de estudio del escrito de Gerardo Felipe Castellanos Bolaños, sus fuentes son precisas y claras, no admiten duda, es una historia que se fortalece con la documentación necesaria, que se justifica con el conocimiento de otros autores que así lo ratifican en sus propios escritos al interpretar los diversos planos que sirven de base al Derecho y a la Historia de Oaxaca.
El anecdotario revelado demuestra el porqué de nuestra manera de ser; nuestra idiosincrasia; nuestra interdependencia; nuestra solidaridad.
Al mismo tiempo la sinergia que nos une y nos confronta, todo ello con meridiana claridad se transparenta a nuestra reflexión en el escrito de Gerardo Felipe Castellanos Bolaños.
Por edad conozco parte de lo que Gerardo escribe, porque nos tocó vivir en nuestro Oaxaca cuando Santa María Oaxaca ya había sido el municipio de El Marquesado y ya era considerado el cuartel noveno del municipio de Oaxaca de Juárez.
Por tanto, El Marquesado como lo conocemos hasta nuestros días nos fue común. Era parte importante de Oaxaca y no sabíamos que allí era la Villa de Santa María Oaxaca.
Se de lo que es vivir verdaderamente lo propio, se de la tragedia y la esperanza que no inspiran poetas y bardos.
Se, como Gerardo, de observar el ensueño que produce el cielo rojo de tardes de ensueño, también de la gigantesca colmena que nos permite en silencio trabajar para bien propio y para la sociedad que formamos.
Vivo en tiempos y espacios este mismo lugar dónde el pensar diferente, a los verdaderos oaxaqueños no nos confronta, por el contrario nos une en la discusión y en el encuentro de lo trascendente.
La obra de Gerardo Felipe Castellanos Bolaños nos evoca a sentir el olor y vista de poéticos lugares, como ir a nadar a un río que sólo queda en el recuerdo.
El Atoyac imponía, a propios y extraños, su ley y al mismo tiempo hacía que nuestros años de adolescentes se mecieran como barcas. Cuanta razón tiene Gerardo en lo que escribe y trasmite.
Vi desde niño esos fuertes sabinos llamados por el pueblo ahuehuetes, por ser tres, pienso que encierran un simbolismo de vida y al mismo tiempo nos recuerdan ahora los misterios de la ciencia y del conocimiento oculto, ahora discreto.
Y la vieja estación, cómo no recordarla, allí lloré en silencio las despedidas de mis padres y hermanos, cuando desde niño me fui a estudiar a la ciudad de México.
Cuando Gerardo apunta con precisión los temas que trata en el anecdotario, vuelvo a vivir los años que se han ido, y pienso que su obra debe ser leída por las nuevas generaciones por lo humano de su contenido.
La apreciación del autor refiere todos sus tiempos, desde la época prehispánica, al Virreinato, a la República, a los siglos XIX y XX.
Interpretó qué es una verdad; que las fuentes de información trascendentes para sustentar un escrito, son como la legendaria piedra filosofal de humanistas y científicos del medioevo, se confunden entre la realidad, la leyenda y lo místico, sin perder su objeto o su fin característico, que no es otro que el de aportar a la humanidad los secretos y los misterios de la naturaleza.
Así el autor Gerardo Felipe Castellanos Bolaños tuvo que nutrir la finalidad de su escrito, llenándose de paciencia, de investigación sistemática siguiendo un método, para arribar a la playa de la historia verdadera, la que cómo él dice, parece ajena a las generaciones nuevas.
Cada voz que pronunciamos, cada palabra que escribimos, es sin duda la experiencia humana de siglos y la parte más real de cada quien, porque enlazadas, entre ellas, son el conducto de expresión de lo que queremos decir. Hasta aquí, parte de las palabras del Dr. Herón Canseco Pérez.
Desde Santa María Oaxaca
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