Oaxaca de Juárez, 18 de diciembre. El 7 de abril de 1824 se estableció en la ciudad de Oaxaca el alumbrado público con 152 faroles de aceite que iluminaban algunas de las quince calles de Oaxaca, los atrios y cementerios de las iglesias.
Para encenderlos, apagarlos, darles mantenimiento y vigilar de noche la ciudad, se creó un cuerpo de treinta policías uniformados, a quienes llamaron serenos.
Iban armados con una escalera de tijera, una lanza encendedor con un capuchón, una pichela con aceite, un manojo de mechas y un farol de mano; prendían los faroles colocados en las contra esquinas de los cruceros; dos en cada uno, en las quince noches oscuras. En las quince noches de luna no los prendían.
Encendían los faroles, los abastecían de aceite o les cambiaban las mechas, los limpiaban; cantaban la hora, informaban el estado del tiempo y como vigilantes cuidaban a los que estaban dormidos y agregaban a su canto que todo estaba en calma. ¡Las doce en punto y sereno!, ¡Las cinco y media y lloviendo!.
El pueblo los llamaba cuicos o tecolotes.
El 31 de julio de 1828, cuatro años después de la inauguración del alumbrado público por aceite, había aproximadamente 17,000 habitantes en la ciudad.
Fuente: Libro Villa de Santa María Oaxaca
© por Gerardo Felipe Castellanos Bolaños
Desde Santa María Oaxaca = El Marquesado
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