Oaxaca de Juárez, 30 de agosto. Durante la última semana las declaraciones de Barack Obama y David Cameron sobre una posible intervención militar en Siria han venido incrementándose y la nueva guerra de este año en medio oriente pareciera inminente.
El pasado 27 de agosto un ataque a las afueras de la ciudad de Damasco, capital de Siria, dejó un saldo de miles de personas heridas entre las que murieron una gran cantidad de niños. Según informes internacionales, el ataque fue propiciado por la milicia del gobierno de Bashar Al-Assad contra fuerzas rebeldes.
De acuerdo a los primeros reportes que surgieron a partir de la organización internacional Médicos Sin Fronteras, dichos ataques de extraños efectos neurotóxicos, que ellos pensaron parecidos a la ébola sin comprobarlo, originaron el ingreso de 3,600 personas a tres hospitales de la ciudad, falleciendo posteriormente alrededor de 355 de los civiles. Tales datos, reportados por dicha organización, fueron el elemento inmediato que Estados Unidos tomó para lanzar la advertencia al gobierno sirio e iniciar pláticas de estrategia de guerra con sus aliados, siendo el principal Reino Unido.
Al día de hoy las piezas en el tablero están más balanceadas, lo que propicia un análisis de fondo mayor. Al momento, Naciones Unidas no ha concluido las investigaciones en Siria para saber si efectivamente se usaron armas químicas; Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, ha expuesto que los investigadores le entregarán el informe completo este sábado. Por su parte, Al-Assad ha manifestado que fueron las fuerzas rebeldes y en las últimas horas se ha propagado la versión contraofensiva de que el evento fue producto de la CIA para desencadenar la guerra.
Por su parte, David Cameron, Primer Ministro de Reino Unido, el día de ayer sufrió un duro golpe con la negativa de la Casa de los Comunes de soportar su iniciativa de apoyar a Barack Obama contra Siria. Después de una prolongada discusión durante todo el jueves -que debo decir fue de alto nivel político, cara a cara y con excelentes argumentaciones como se acostumbra en el modelo parlamentarista- su moción fue desechada con 285 votos en contra sobre 272 a favor.
La incógnita respecto a esta iniciativa es amplia, no queda claro cuál es el principal objetivo de iniciar una nueva embestida en el Medio Oriente. Ayer por la tarde, una de las principales intervenciones fue la del ex Secretario de Defensa de Reino Unido, Liam Fox, que aunque estaba a favor de la moción de Camerón, hizo dos cuestionamientos clave al parlamento – y en los que está fundado el presente análisis- respecto a las consecuencias de no accionar en Siria: “sobre la población siria, ¿los pone a ellos más, o menos a salvo del uso de tales armas en el futuro?; sobre las implicaciones del régimen sirio, ¿los hará esto (intervenir) sentirse, más, o menos seguros de volver a realizar tales acciones en el futuro?” La respuesta estimado lector, está en la historia.
Ed Miliband, líder del Partido Laborista inglés, dijo que el parlamento habló por el pueblo británico y que pese a la consternación social que existe sobre los ataques químicos en Siria, la lección que dejó Iraq no se debe olvidar.
Y es que pensar en un ataque a Siria, es casi en automático traer a la reflexión y a la crítica la invasión de Estados Unidos y Reino Unido a Iraq hace 10 años, cuando en 2003 accionaron todo su poder contra ese país autónomo basados en la teoría de que existían armas de destrucción masiva en el gobierno de Saddam Hussein, idea que nunca se consolidó, pero sí acabó en más de 4, soldados estadounidenses muertos junto con miles de civiles.
Vietnam en 1960, la Guerra de los Balcanes en 1990, Somalia en 1992, Bosnia en 1995, Kosovo en 1998, Afganistán en 2001 son algunos de los ejemplos más cercanos que la comunidad internacional trae al recuerdo cuando Estados Unidos quiere emprender una nueva intervención y la pregunta final es ¿cuál ha sido el resultado?
Moshe Yaalon, Ministro de Defensa de Israel, ha dicho que no es la primera ocasión que Al-Assasd emplea armas químicas contras sus propios ciudadanos. Ayer mismo diversos representantes de los la Casa de los Comunes, se pronunciaban en favor de una intervención dada las última información que prensa como CNN, The Times o The Guardian, han presentado con fotos y videos de niños y adultos muriendo tras el ataque en los suburbios de Damasco -y debo decirlo, este escribiente siente un profundo dolor y odio al ver toda esa información en la web- pero, aunque no existe ninguna duda que dictadores como en Siria u otros países han y siguen aplastado los derechos humanos de su población, al final la pregunta sobre los resultados de los llamados intervencionismos humanitarios que iniciaron en los 90’s sigue en el aire.
Ahora bien, pese a la negativa del parlamento inglés a Cameron de ir con Obama, es sabido que Estados Unidos si lo quisiera, no necesitaría el apoyo de los países miembros de la OTAN que incluye a 28 naciones entre América y Europa, ni de Jordanía, Arabia Saudita, Catar o Israel, para ir en una guerra contra Siria, pero la estrategia de avanzar acompañado hacia el medio oriente tiene una lógica más interesante, lo que el “golden boy de la revolución” Nicolái Bujarin llamó alguna vez, el posicionamiento geopolítico y del capital.
Hace algunos días una compañera rusa en una acalorada discusión, nos refutaba, “Estados Unidos no ganó la Guerra, Rusia también ganó”. Y es que pareciera que el fin de la Guerra Fría a principios de los 90’s no dejó las cosas muy claras entre algunos países en la zona, y en efecto, así fue.
Tras el final de la disputa económica, política, científica, tecnológica, armamentística y deportiva que tuvo lugar entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética, el hoy Rusia empezó a tejer relaciones geopolíticas con diversos países dentro del actual campo en disputa, Medio Oriente, así como con China, surgiendo entonces ese nuevo reto estadoudinense que hasta la fecha no ha podido superar.
Estados Unidos sabe que su poder no es inagotable. El Imperio Egipcio, Persa, Griego, Macedonio, Mongol, Romano, Turco, Español, Francés, Maya, Ínca y hasta el más grande del mundo, el Británico, han caído. Todos los que han existido han desaparecido en algún momento de la historia y ellos lo saben. Movilizarse hacia Siria, como ya lo hizo con Libia, Afganistán, Iraq y Paquistán, también obedece a ese posicionamiento geográfico y político que significaría ir acercándose poco a poco de Europa Occidental hacia la unión entre Europa y Asia (Eurasia), que empieza precisamente de aquel lado del mediterráneo y que significaría ganar terreno ante Rusia, China e incluso India.
Por el otro lado, tampoco se debe dejar de lado esa ala capitalista que mencionaba Bujariji. Es sabido que Estados Unidos funciona bajo una “Economía de Guerra” y no podría dejar de serlo pues aquello que Nicolás Maquiavelo definió primeramente como Estado-Nación, hasta la actualidad basa su dominio a partir del ejército, la milicia. Cuando ese país activa la guerra, activa la industria, la producción, la mano de obra, los créditos, las hipotecas, el flujo de capital y todo pareciera volver a un equilibrio prospero.
Según un informe reciente de la empresa Forst & Sullivan sobre el mercado armamentístico, en los últimos años el gobierno de Israel ha generado aproximadamente 4 mil 600 millones de dólares por ventas de “Vehículos Aéreos no Tripulados”. No basta decir la relación diplomática, política y económica que tiene ese país con Estados Unidos, ni mucho menos recordar quién invento los mejor conocidos como “Drones”.
Es decir, ¿cuál es el verdadero propósito de Estados Unidos y la lógica de los aliados para sustentar un ataque a Siria? ¿es la moral?, ¿es la ética?, ¿es ese el sentido de humanidad vuelto el nuevo propósito de las intervenciones a partir de la Guerra de los Balcanes?
Hace un año, en 2012, la discusión de nuestro vecino del norte en el Medio Oriente versaba sobre el programa nuclear de Irán y el suministro de armas nucleares que ese país tenía hacia Siria. Poco después el gobierno de Irán reconoció abiertamente su programa pero con fines pacíficos, a lo que no quedó a Estados Unidos más que reconocer junto con Rusia, que Irán podía tener dicho programa.
Sin embargo, Irán sigue en la mira. No hay que olvidar que ese país está entre los primeros productores de petróleo de la OPEP (Organizaciones de Países Exportadores de Petróleo), cuya rivalidad está frente a Iraq y Arabia Saudita, estos últimos aliados de Estados Unidos. Hoy mismo por la mañana un diario estadounidense presentaba datos importantes afirmando que la mitad de los ingresos mensuales de Irán por exportaciones están acumuladas en cuentas en extranjeras por las sanciones de Estados Unidos a éste e incluso, por las mismas, sólo seis países le importan el crudo, estando entre ellos Rusia y China.
Así entonces, la lógica entre geopolítica y expansión capitalista se va estrechando más. Siria es, no sólo un país represor con una guerra civil que le ha tomado más de medio año con el resultado de más de 100 mil víctimas, es a su vez, un paso fundamental en la consolidación del dominio del Medio Oriente avanzando hacia Irán y acercándose cada vez más al reto venidero la Eurasia.
En las próximas horas el gobierno de Barack Obama decidirá el eje de acción, es poco probable que la decisión se enmarque en el informe de Naciones Unidas, los Balcanes, Iraq y Afganistán no necesitaron el permiso de nuestro máximo órgano de paz en el mundo para que Estados Unidos actuara.
La decisión tampoco se tomará con base en los gritos de desesperación de la población Siria pues si la estricta moral reinara en los aliados, hace tiempo éstos serían menos, pues Arabia Saudita junto con otros del Mundo Árabe, años atrás se caracterizaron por su Monarquía Autocrática de pocas libertades civiles, como la no libertad de expresión, el impedimento de acceso de la mujer a la actividad económica, la ejecución pública por diversos factores, entre otras, muchos de éstos vigentes hasta la fecha.
Siria, por crudo que parezca es sólo un alfil en el tablero de las decisiones, mientras tanto, el análisis de estas y el papel de los actores claves en el presente conflicto de estos días no pueden dejar de importar a los ciudadanos internacionales por esta misma lógica de expansionismo y por, en ella sí, su verdadero sentido de humanidad.
Twitter: @CiudadanoCoke