Jorge Castañeda
Oaxaca de Juárez, 15 de abril.-El excesivo incremento de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales responsables del Calentamiento Global y del Cambio Climático, ha modificado la estructura de frutas, verduras y cereales, al alterar el ciclo de la fotosíntesis, lo que está afectando la calidad de los alimentos que comemos diariamente, los cuales tienen ahora menos nutrientes y más azúcares y carbohidratos.
Así lo asegura el biólogo molecular Irakli Loladze, profesor asociado del Bryan College of Health Science, en Lincoln, Nebraska, Estados Unidos, científico que lleva 14 años encabezando investigaciones internacionales sobre este grave problema.
El experto publicó un extenso estudio en la revista eLife, de la fundación Wellcome Trust, de la que varios medios de comunicación especializados (entre ellos foroambiental.com.mx) hemos tomado sus conclusiones fundamentales.
Según el científico, su principal problema era la dificultad de probar que los alimentos que ingerimos están siendo modificados por el excesivo incremento de CO2 en la atmósfera.
“Es difícil detectar el efecto del CO2 en los minerales de las plantas con pequeñas muestras, por eso lo llamé ‘tendencia oculta’”, refiere Irakli Loladze.
Pero tras analizar los efectos de CO2 en cultivos y plantas silvestres, el biólogo molecular descubrió que algunos alimentos se están volviendo ricos en carbohidratos y pobres en algunos nutrientes esenciales.
Dijo que para demostrar esta alteración en frutas, verduras y cereales hicieron falta muchos años de trabajo, analizando datos generados en cuatro continentes por investigadores de 13 países, entre ellos China, Australia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Japón.
En total, la investigación abarcó 120 variedades de plantas, y de acuerdo al estudio, el trigo es uno de los cereales más afectados por el incremento de CO2, junto con el arroz. También las papas y casi todas las verduras y frutas.
Pese a que había comenzado a desarrollar su hipótesis desde 2002, aplicando una teoría conocida como “estequiometría biológica”, Loladze afirma haberse sentido “verdaderamente alarmado” al comprobar cómo los datos confirmaban su hipótesis.
“La enormidad del impacto del incremento de CO2 en la nutrición humana se volvió evidente”, dice el científico, quien recuerda que “los organismos fotosintéticos, como las plantas, son las fábricas de hidratos de carbono del mundo”.
Y es que a través de la fotosíntesis, las plantas transforman el CO2 en agua y en azúcares, por lo que cuanto más CO2 reciben, más azúcares producen, utilizando los carbohidratos adicionales para su crecimiento, o bien almacenándolo.
El problema, tal y como explica Loladze en su estudio, es que esos carbohidratos diluyen el resto de los nutrientes de los tejidos de las plantas.
“Tener más azúcares y almidones es bueno para las plantas, pero malo para nosotros… Y los altos niveles de CO2 también hacen que las plantas transpiren menos agua, por lo que llegan menos minerales esenciales a sus raíces”.
Según el experto, las plantas C3 (las que producen un compuesto de tres carbonos en la fotosíntesis) son las más afectadas. Entre ellas se incluyen el trigo, el arroz, las papas y casi todas las verduras y frutas.
Las plantas C4, como el maíz, resultan menos afectadas, indica el científico, aunque también han sido alteradas por el incremento de CO2 en la atmósfera.
De acuerdo a Loladze, el problema es tan grave que existe un vínculo directo entre este fenómeno y las crecientes epidemias de diabetes y obesidad en el mundo.
Finalmente, el científico afirma que el exceso de dióxido de carbono ha causado un efecto global. “La calidad de las plantas en toda la biósfera se ha modificado por el aumento de CO2. Ni siquiera los escépticos del Cambio Climático pueden negarlo”.
Jorge Castañeda es colaborador especial de ADN Sureste y
Director Editorial de foroambiental.com.mx
La mejor página sobre Ecología en México