Oaxaca de Juárez, 18 de noviembre. A Miguel Mancera le gusta usar una frase propia del ritual de los matrimonios entre católicos para ilustrar lo que ocurre en el Frente Ciudadano por México: “Juntos hasta que el candidato nos separe…”.
La expresión tiene su base en los supuestos acuerdos cupulares entre Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado para distribuirse candidaturas y cargos si el FCM gana en las elecciones de 2018
El panista sería el candidato presidencial, la perredista abanderaría al Frente en la contienda por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y el veracruzano del Movimiento Ciudadano tendría asegurada la Jefatura de Gabinete de un gobierno de coalición, en caso de victoria.
- Despacio que voy de prisa. La cosa no va a resultar fácil. Ya hay movimientos y reuniones inesperadas. Anoche se sentaron en la misma mesa Margarita Zavala, independiente, el propio Mancera y Rafael Moreno Valle en el Hotel Intercontinental de Polanco.
¿El tema? No es difícil imaginarlo: Las elecciones del 1 de julio de 2018, la consulta abierta para que se elija el abanderado presidencial del Frente y el supuesto agandalle de las candidaturas por los dirigentes del PAN, PRD y MC.
- Hay otros tiradores para la contienda presidencial en el Frente. A medianoche del miércoles al jueves vimos a tres.
Fue en el programa El 18 en la mira, conducido por Ezra Shabot, que transmitió TV Azteca: Miguel Mancera, Rafael Moreno Valle y Silvano Aureoles. Los tres coinciden en que sería muy grave que hubiera un dedazo en el Frente. Sin mencionarlo por su nombre, criticaron al jefe nacional del PAN.
“El candidato es la parte más difícil, más complicada”, admitió el jefe de Gobierno.
“Ni dedo ni tómbola, elección…”, exigió el gobernador de Michoacán, quien advirtió sobre el costo altísimo que tendría si alguno de los dirigentes del Frente (nomás le faltó decir Anaya) dijera “yo tengo más poder, tengo amarrada la candidatura, y que la impusiera…”.
Moreno Valle lo secundó: “Si es Frente Ciudadano, los ciudadanos tienen que escoger, no debe haber vetos ni exclusiones, mucho menos imposiciones”.
Y criticó: “Hasta ahora han sido los dirigentes de los partidos los que han tomado las decisiones”.
La contraofensiva política descrita se produce la víspera de las reuniones de los consejos nacionales del PAN y del PRD este fin de semana en la Ciudad de México.
- Morena presentará el lunes próximo, en el marco del Congreso Nacional de ese partido, su Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024. El evento tendrá lugar a las 10:30 horas en el Auditorio Nacional. Lo encabeza el propio Andrés Manuel López Obrador, presidente ejecutivo de ese partido.
Habrá que ver el contenido del citado plan. Confirmar o desmentir las críticas que los antipejistas le hacen al presidente de Morena. Éstos repiten que lo que Andrés propone en su libro 2018, La Salida (Editorial Planeta) son “ocurrencias”.
Le reprochan, sobre todo, la intención de dar marcha atrás en la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, donde ya se han hecho millonarias inversiones.
Ven como una locura la idea de hacer una consulta pública para “rescatar” el petróleo de las manos privadas, y dar marcha atrás a la Reforma Energética que abrió los hidrocarburos al capital extranjero.
Lo juzgan limitado. Dicen que su idea de acabar con la corrupción, lo que está por verse, no alcanza para financiar el desarrollo. Máxime cuando quiere bajar los impuestos, sin dar alternativas viables para allegarse los recursos que el Estado necesita. Se burlan de la idea de descentralizar el gobierno federal para reactivar la economía de los estados. Por ejemplo, llevar la Secretaría de Turismo a Chetumal.
López Obrador ha dicho que un grupo de expertos está elaborando el Proyecto de Nación.
En este espacio vamos a esperar a conocer qué contiene la propuesta que se presenta en el Congreso, antes de emitir calificativos. Vamos a ver si trae cambios.
- El proyecto estaba listado para la sesión del 9 de noviembre en la Suprema Corte. Parecía inminente la destitución, pero no ocurrió. ¿Le midieron a la victimización de Ricardo Monreal? No lo sabemos.
El caso es que el Máximo Tribunal no ha sesionado aún sobre el caso del delegado en la Cuauhtémoc, quien no acató un laudo laboral emitido en 2003.
Se esperaba que Monreal corriera a pagar los más de dos millones de pesos de indemnización y salarios caídos a una trabajadora de la delegación despedida ese año.
La había cesado, días antes, Israel Moreno, jefe delegacional en la Venustiano Carranza, por idénticas razones.
Pero don Ricardo no desembolsó ni un quinto. Desafió a la Corte. Argumentó que la delegación no tiene recursos ni autonomía financiera para pagar laudos; que los ministros confunden las delegaciones con municipios.
“Eso le corresponde a la Secretaría de Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México”, dijo.
El caso Monreal está listado para la sesión del martes 21 de noviembre. Es el cuarto que se trataría.
El asunto parece enfilarse hacia un arreglo. La Consejería Jurídica del GCMX dio el visto bueno para tramitar el pago de la indemnización y los salarios caídos de la colaboradora despedida. El propio delegado informó ayer, en redes sociales, que ya le llegó el oficio con la autorización correspondiente de la Consejería.
La bronca, sin embargo, no termina allí. La delegación Cuauhtémoc tiene aproximadamente 25 laudos y nueve sentencias civiles pendientes por pagar —todos originados en administraciones anteriores a ésta—, por un total de 35 millones de pesos en laudos y 21 millones de pesos en sentencias civiles. ¿La Consejería Jurídica estará dispuesta a cubrir esos laudos y los de las otras delegaciones? Es pregunta.
El Arsenal