Oaxaca de Juárez, 6 de noviembre. La suerte está echada. Las urnas para “las elecciones más importantes de la vida de los estadunidenses”, como alertó la semana pasada el expresidente Barack Obama, están abiertas y de ellas saldrán elegidos la totalidad de los 435 escaños de la Cámara de los Representantes, un tercio del Senado (35) y las gobernaturas de 36 de los 50 Estados.
A horas de conocerse qué rumbo va a tomar el país, con la incertidumbre de si los demócratas lograrán arrebatar la Cámara de los Representantes a los republicanos (como anuncian las encuestas) o de si lograrán la proeza de quedarse con el Senado (lo que descartan todas las encuestas), lo único cierto es que el país se apresta para batir récords de participación, porque las votaciones son vistas como un plebiscito sobre Donald Trump. Millones de estadunidenses que nunca se habían interesado por los comicios legislativos pretenden castigar hoy al presidente, votando demócrata, o por el contrario, quieren premiarlo, votando republicano.
Hispanos, mujeres, jóvenes. Prueba de la enorme expectación será el comportamiento de tres sectores que pueden ser decisivos a la hora de decantar la balanza: los hispanos, las mujeres y los jóvenes y nuevos votantes (millennials y generación z).
Tras dos años de mandato del presidente que más ha maltratado a los hispanos y a los inmigrantes, se espera que hoy voten 7.8 millones de hispanos, un 15% más respecto a los últimos comicios de medio mandato, según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos (NALEO).
En California aumentó un 33.4% el número de votantes latinos que se han inscrito, en Arizona un 25% y en Florida un 12.6%. Otro hecho que destaca es que el número de latinos que ya votó por adelantado aumentó un 25% con respecto a las legislativas de hace cuatro años, cuando aún gobernaba el demócrata Barack Obama. Según la misma encuesta, el 67% considera “más importante” votar en los comicios de hoy que en las elecciones presidenciales de 2016, en las que no pudieron impedir entonces la victoria de Trump.
En cuanto al género, es relevante el alto porcentaje de mujeres que se decanta por candidatos demócratas frente a republicanos para renovar el Congreso (62-35). La cifra de apoyo a demócratas se dispara entre las no blancas (79%) y las que tienen estudios (68%). Por el contrario, los hombres se decantan por los republicanos, aunque por la mínima (48-49).
La otra esperanza de los demócratas está puesta en los jóvenes. Si en las legislativas de 2014 sólo uno de cada cinco menores de 30 años acudió a las urnas, para las legislativas de 2018 un 40% aseguró que votará “definitivamente” hoy, según la Universidad de Harvard. La encuesta apunta, además, a que los demócratas (41%) tienen el doble de apoyo que los republicanos (21%), mientras un 35% se declara indeciso o independiente.
Según relató a El País Nuchhi Currier, presidenta del Club Nacional de Mujeres Demócratas, la matanza de jóvenes en la secundaria de Parkland (Florida) “cambió a los jóvenes”. “Ellos luchan contra las armas y los republicanos las defienden, así que mientras más jóvenes se movilicen, mejor para nosotros”, declaró.
La suciedad de Trump. Una de las armas que ayudó a la victoria de Trump en 2016 fue el juego sucio. Con el falso argumento de que los inmigrantes son “criminales”, que “envenenan con sus drogas a nuestros jóvenes”, o que, con la ayuda impagable de los rusos, convenció a miles de estadunidenses de que su rival Hillary Clinton es una “corrupta”, el magnate se alzó con la victoria contra todo pronóstico. En la campaña para las elecciones de hoy repitió la misma estrategia. Ayer, agitó de nuevo el fantasma del fraude electoral, al que recurrió durante su campaña en 2016, para alertar, sin aportar pruebas, de que los inmigrantes indocumentados intentarán “votar ilegalmente” en las elecciones de hoy. También ayer, Facebook decidió retirar un polémico anuncio de los republicanos, por el que pagaron a la compañía del joven Mark Zuckerberg unos 100 mil dólares. Dicho anuncio es el mismo que horas antes retiraron “por racista” CNN, NBC e incluso la cadena más fiel al presidente, Fox News.
El anuncio por sí solo resume el mensaje de odio de Trump, que es aceptado de manera vergonzosa por los candidatos republicanos, a sabiendas de que es propaganda al servicio de la intoxicación y el miedo. Dice así: “A los peligrosos criminales ilegales, como el asesino de policías Luis Bracamontes, no les importan nuestras leyes”. La leyenda se acompaña de imágenes de la caravana de inmigrantes hondureños que avanzan por México para cruzar a EU y a continuación se muestra a Bracamontes riéndose en la corte y diciendo que de lo único que se arrepiente es “de no haber matado a más policías”. El anuncio concluye afirmando que “los demócratas dejaron entrar al asesino de policías y le dejaron quedarse”; una afirmación falsa, puesto que Bracamontes fue deportado por el gobierno del demócrata Bill Clinton.
En la mente envenenada de los seguidores de Trump, el mandatario republicano tiene razón cuando los considera a todos “peligrosos criminales ilegales”. Por tanto, el gran enigma es cuántos estadunidenses indecisos se dejarán envenenar por esta campaña de odio y mentiras. La respuesta, como el destino inmediato de EU, lo sabremos hoy.
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