Oaxaca de Juárez, 8 de febrero. La decisión del PRI de llevar a Alejandro Murat Hinojosa como único candidato al gobierno de Oaxaca nos deja una lección: su padre, José Murat es un lobo de la política y se las sabe de todas, todas.
No es fortuito entonces que tenga todo cubierto para que su vástago gane la elección a gobernador y se siente en la silla que otrora ocupara él mismo hace 17 años y en condiciones muy parecidas donde todo era adverso para que José Murat Casab fuese el candidato de unidad del PRI.
En aquél lejano 1998, Pepe Murat no era el candidato oficial del PRI porque Diódoro Carrasco prefería a José Antonio Estefan Garfias para que lo sucediera en el cargo que dejaría ese mismo diciembre, por lo que Murat Casab tuvo que echar mano de su condición de negociador y hasta presionador político.
Ernesto Zedillo, un presidente muy débil y debilitado, cedió ante los argumentos de José Murat y lo hizo candidato del PRI al gobierno de Oaxaca… dejó entonces en el camino a Pepe Toño Estefan.
Recuerdo que faltaba una semana para la definición del PRI en Oaxaca aquél año del 98 cuando visité a los dos precandidatos al Gobierno de Oaxaca: Pepe Murat y Pepe Estefan, uno Senador de la República y el otro Coordinador de los diputados federales Oaxaqueños en San Lázaro.
Pepe Toño Estefan sentía que la decisión del CEN del PRI, con el apoyo de Diódoro Carrasco, recaería en él; Pepe Murat sentía lo mismo, sólo que el segundo, sin más padrinos que su propia convicción.
Estefan me dio una larga entrevista en la que me habló de su proyecto de estado para Oaxaca, Murat no quiso hablar de eso y se limitó a regalarme dos libros que él había escrito sobre la realidad de Oaxaca.
A Pepe Toño lo vi en un restaurante cerca del aeropuerto y a Murat en sus oficinas del senado; Estefan iba con sus colaboradores más allegados, Murat llegó a sus oficinas acompañado de Alejandro Lambretón en aquél tiempo jefe de asesores de Mariano Palacios Alcocer, presidente del CEN del PRI.
Como Murat Casab no quiso hablar de nada relacionado con Oaxaca, pero siempre refiriéndose a la certeza de que sería gobernador, le tuve que preguntar a su acompañante lo que pensaba sobre la candidatura de Pepe Nelson y lo que me dijo el jefe de asesores del CEN del PRI, me dejó boquiabierto:
“Sólo que tiemble y se caiga Oaxaca o que asesinen a Murat, éste no será gobernador del estado”
Hay que decir que Alejandro Lambretón sabía algo porque sus palabras fueron premonitorias. Eso se lo pregunté un viernes, el siguiente miércoles por la noche, nuestro medio informativo “El Extra de Oaxaca” preparaba la rotativa para que el jueves publicara “MURAT”.
Así, Pepe Murat dejaba en el camino al delfín de Diódoro Carrasco y enfrentaba una cómoda elección en la que el PRD lanzaba a un compadre suyo, otro senador istmeño líder de la COCEI llamado Héctor Sánchez López de quien sólo queda el recuerdo.
Hoy Alejandro Murat podría enfrentar a la historia si Pepe Toño Estefan es el candidato de la alianza PAN-PRD que es muy probable y estaría obligado a dar resultados al PRI por el enorme esfuerzo de cicatrización que se está llevado al interior del instituto político.
Si esa unidad es verdadera y salvadas todas las adversidades legales de su vástago, José Murat podría volverle a ganar la gubernatura a Pepe Toño Estefan… ¿Dejavú?